Ayer desajustada con el tiempo, me levante tarde, no fui a caminar por que aun estaba adolorida por mi caminata del Martes, era la primer semana en libertad. Adaptarse al cambio es al comienzo complicado.
Tenía que realizar una portada, un reajuste de anteproyecto, llenar unas hojas para unos trámites, en fin... guardar, imprimir.
Pase a comer rápidamente, subí al camión y camión tras camión llegue somnolienta a la escuela, me había quedado de ver con el maestro Orozpe, estaba algo entretenido con su investigación, me dijo que lo esperara, mientras tanto mi mente trataba de controlarse ante tanto remolino o como diría mi queridísimo Tonalzin, ante tanta maraña.
Salí de ahí un tanto contrariada y en paz, había de nuevo que comenzar y esta vez si para terminar, me platico de su trabajo y le platique sobre mi trascendental suceso de fundirme con el universo en varias ocasiones y con la pregunta de si se podrá sentir por siempre ese sentimiento y si ahí no existe dualidad.
Luego vi al profesor Fernando Zamora, me dejo una grata sensación de risa y alegría, cuando con seguridad me dirigí a él, lo salude, me pregunto como estaba, le respondí con un rutinario bien gracias ¿y usted?... Bien, bueno aquí con un poco de gripa todavía, cada vez esas gripas me duran más...-Tal vez sean los años, le respondí- Si los años hasta que ya no quede nada de esto, pero mientras nos queda disfrutar-, me hizo el día, y el siguiente día también.
De regreso a casa, tras una cansada espera y cobardía por las marañas en mi cabeza, con tristeza al recordar a mi bien, quise dormir... no sin antes tomar mi alquímica atzintli, esta vez agradeciendo y aceptando lo que está por venir, que sea un sentir blanco.
Al día siguiente me desperté temprano, con marañas ahora en mi cuerpo, aun no alumbraba el sol, me levante cuando la luz ya comenzaba a blanquear, me cambie y decidí subir la montaña, recordando la película que una noche anterior veía mi mama en donde le dicen al personaje principal -cada que suba a una montaña déjele algo, no sea que después le quite algo- decidí llevar copal y me encamine un poco retardada. Subí a un paso lento sintiéndome feliz por la decisión que he tomado, para mi bienestar, aunque conociendo sigo.
Tranquila caminata, a mi tiempo, a mi espacio, a mi vida, a mi muerte, a mi sentir blanco. Ver al sol, al cielo, como que luna, como que luz, como que blanco, como que volar, como que llegar, como que ser, medite, desperté, naci, agradecí con lo más puro de mi ser, con lo más transparente, con mucha belleza en mi todo, en el todo, baje con una sonrisa pura de agua en mi alma.
Regresando ahora me pregunto si tal vez podemos seguir sintiéndolo en cada cosa que hagamos...
